La defensa del Burgo y de Senglea
Résumé
Tras una suspensión de las hostilidades para rendir homenaje a los caídos que había muerto el 23 de junio, día de la toma del fuerte de San Telmo, los musulmanes desplegaron con rapidez sus fuerzas frente a los muros del Burgo y de Senglea. El 28 de junio se cernían ya sobre los cristianos. Dueños del monte Sceberras tras la conquista del fuerte, formaron un arco en torno a las dos ciudades y emplazaron sus baterías en los montes que dominaban ambas posiciones. El principal problema de los defensores era la falta de efectivos. La defensa de San Telmo había costado la vida de mil quinientos soldados de la orden, de modo que el gran maestre Jean Parisot de La Valette no disponía más que de unos doscientos cincuenta caballeros y ciento cincuenta soldados aguerridos.