La abstracción del contexto como parámetro de la distinción ser/estar
Résumé
Si bien la literatura acerca de los verbos ser y estar es abundante (Luján 1981; Porroche Ballesteros 1988; Marín 2000; Escandell-Vidal y Leonetti 2002; Malaver 2012; Gumiel-Molina, Moreno-Quibén, y Pérez-Jiménez 2015), muy pocos son los estudios que se basan en el análisis de una muestra suficientemente amplia de ocurrencias auténticas de ambas cópulas (Delbecque 2000; Zalio 2013; García Márkina 2013). El hecho de que la mayoría de los trabajos considere ejemplos construidos ad hoc hace que, en general, se dejen de lado las ocurrencias en las que interviene un sujeto de tipo proposicional (p. ej. está claro que no vendrá). Para completar este panorama, se ha analizado una base de datos compuesta por 725 ocurrencias de estos verbos pertenecientes al subcorpus oral del Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), en las que el adjetivo claro se encuentra en posición de atributo.
Con el objetivo de describir el empleo de las construcciones ser claro y estar claro, se han tomado en cuenta los tres órdenes de sujetos descritos por Lyons (1991) así como el nivel de abstracción del contexto. Este último parámetro hace referencia a la mayor o menor integración (Zwaan 2014) entre la situación comunicativa de los locutores y el discurso que se construye en torno a ella. El nivel de abstracción es mínimo cuando los actantes, objetos y/o eventos referidos en el discurso coinciden con los de la situación de comunicación. En ausencia de esta coincidencia, se hace necesario operar con símbolos abstractos que no requieren una dimensión encarnada.
La categorización de las ocurrencias permite constatar que cada una de las construcciones estudiadas tiende a ubicarse en uno de los polos del continuo que va de un grado de abstracción bajo a uno alto. La categorización operada por ser (Andrade 1919; Delbecque 2000) relaciona las ocurrencias de ser claro con los contextos de abstracción alta, mientras que la visión experiencial asociada a estar (Delbecque 2000; Fogsgaard 2000) justifica la mayor frecuencia de estar claro en los contextos de abstracción baja.